¿Quién puede realizar un bautismo de buceo?
¿Quién puede realizar un bautismo de buceo?

Cualquier persona puede bucear, siempre y cuando sepa nadar, eso sí. Pero, al tener poca o ninguna experiencia debemos ir con un instructor particular, una persona que nos vigile, de forma constante, para que no nos pase nada. De esta manera, logramos tener la total sensación de ingravidez, que dura entre 10 y 60 minutos, con total seguridad y tranquilidad, sin riesgos a que nos pase algo malo.

 Eso sí, antes de sumergirnos, el instructor debe enseñarnos, fuera del agua, todos los pasos necesarios y, no debemos poner en conocimiento sobre los efectos que tendrá sobre nosotros la presión. Igualmente, las maniobras de equilibrio de nuestro oído o "compensación", o como debemos emplear el molesto placaje de la máscara. Igualmente, nos enseñará como poder respirar con un regulador bajo el agua, como debemos respirar durante el ascenso a superficie, o las señales más básicas de este deporte. El instructor controlará que ajustemos, de forma correcta, nuestros elementos. 

Si vamos a hacer nuestro bautismo, desde la playa, lo haremos, primero, de rodillas y entraremos, de manera suave, de la mano, poco a poco. Si lo hacemos desde un barco o desde una piscina, el instructor se sumerge, en un primer lugar y, después, ambos harán la maniobra mansalva, realizan la señal de OK y se iniciará la inmersión.

La importancia de los compañeros

Tenemos que tener algo claro: nunca debemos bucear, estando solos. Si vamos en un grupo, lo mejor es que seamos un grupo par. Así, nadie se quedará solo, sin compañero. Además, todos debemos conocer las mismas señales, en el submarinismo, y conocer nuestro equipo. Deben ayudarse entre ellos a ponerse los equipos, para garantizar que todo esté correcto. Uno debe ser elegido líder y, el resto, debe seguirle. Y, si la inmersión se realiza para llevar a cabo un objetivo, todos deben tenerlo claro. 

Una vez en el agua, la distancia entre dos buceadores nunca debe ser mayor de cinco metros, aunque dependerá de la visibilidad de las aguas. Y, siempre, debemos tener el contacto visual con nuestro compañero. Los manómetros deben ser controlados por ambos, para saber cuanto aire queda. Y, si uno de los dos se siente mal y debe subir, el otro también debe hacerlo. El buceador que menos preparación tenga, es quién marca las condiciones y las limitaciones, o sea, es quien marca el ritmo. Si en algún momento, perdemos al otro buceador de vista, debes buscarlo en el agua, durante 30 segundos. Si no lo encontramos, debemos subir y buscarlo durante un minuto. Pero, si aún así no aparece, hay que avisar al operador, al centro de buceo a al instructor competente. 

Y, tenemos que diferenciar entre grupo y equipo. Equipo son dos buceadores. Un grupo es cuando hablamos de más de dos personas.

Las señales, en el buceo

Cuando realizamos una inmersión, debemos tener muy claro que una buena comunicación, con nuestro compañero, es muy necesaria. Pero, claro está, bajo el agua es imposible tener una conversación, por lo que hay que conocer una serie de señales que se realizan con las manos, en algunas ocasiones, se transporta una pequeña pizarra especial, donde podemos dibujar.

 Las señales son muy importantes, por que podremos intercambiar datos, relajar a nuestro compañero, o realizar preguntas. Debemos hacerlas de manera lenta y clara, incluso, si ya tenemos más práctica podemos realizar una combinación de varias, para lograr que nuestro mensaje sea lo más claro posible. Si la inmersión la realizamos de noche, debemos llevar linternas e iluminar las manos de nuestro compañero, jamás su cara. Si nuestro compañero no entiende la señal, lo mejor es repetirla las veces que haga falta, hasta que nos haga la señal de OK. Si nuestro compañero tarda en contestar, debemos asegurarnos de que está bien, pues podría estar sufriendo narcolepsia. Antes de que realicemos la inmersión, debemos asegurarnos de que nuestro compañero sabe el significado de estas señales, aunque sea, debemos hacer una comprobación, una prueba, para saber que las entiende. 

Tipos de buceo. El buceo libre

Cuando hablamos de buceo libre o a pulmón, estamos hablando del tipo de buceo en que las inmersión se realizan tras realizar una profunda inspiración en la superficie, y aguantando el máximo tiempo en el agua, sin ayuda de ningún equipo, de manera especial. Hoy en día, la configuración deportiva admite una máscara creada de forma especial, un par de aletas, un tubo de respiración, lastre e, incluso, si las aguas son muy frías, se puede emplear un traje de tejido termo aislante. Esta forma de buceo es la más sencilla y la que posee más antigüedad, usada por el hombre. En muchos lugares del mundo, y en diversas culturas, se emplea para conseguir fuentes de alimento, como pueden ser los peces, crustáceos o moluscos -hoy en día, en algunas partes del Mediterráneo, nos encontramos que se sigue empleando para recolectar esponjas de mar, por ejemplo-. También, se recogen recursos útiles para el día a día, como son las algas o los valiosos corales. E, incluso, algunos recursos que poseen un gran valor dentro del sector económico o cultural, como pueden ser las perlas.